martes, 4 de mayo de 2010

Miguel Hernández


Miguel Hernández Gilabert (Orihuela, 30 de octubre de 1910 Alicante, 28 de marzo de 1942) fue un poeta y dramaturgo de especial relevancia en la literatura española del siglo XX. Aunque tradicionalmente se le ha encuadrado en la generación del 36. Miguel Hernández mantuvo una mayor proximidad con la generación anterior hasta el punto de ser considerado por Dámaso Alonso como "genial epígono de la generación del 27".

Biografía:

Poeta español. Su vocación literaria le llevó a leer a los autores clásicos españoles y a ingresar en el círculo El Radical, con Ramón Sijé, con quien tendría una gran amistad. Tras publicar algunos poemas en el periódico de Orihuela y la revista El Gallo Crisis, en 1933 apareció su primer libro, Perito en lunas cuyo estilo característico caló hondo en ciertos sectores de la crítica y literatura de la época. En 1934 se trasladó a Madrid, no
sin pasar dificultades al principio, y publicó, esta vez en la revista Cruz y Raya, su auto sacramental Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras. En 1935 apareció El rayo que no cesa, integrado principalmente por sonetos escritos según las formas clásicas de siglo de oro. Al iniciarse la guerra civil española, Hernández se afilió al Partido comunista y se alistó en el ejército republicano.

Durante la guerra, su producción poética tuvo un carácter marcadamente político, incluso propagandístico:Viento del pueblo (1937) y El hombre acecha (1939) y El labrador de más aire que, aunque publicado en 1937, su redacción es muy anterior. Ese mismo año, se casó con Josefina Manresa, y, a lo largo de la guerra, participó en actividades de izquierda comunista y antifascismo internacionales (II congreso de intelectuales antifascistas y un viaje como invitado a la Unión Soviética, al II congreso de teatro soviético). Con la victoria del bando nacional, el poeta fue condenado a muerte, pena que fue conmutada por la de treinta años. A
su paso por varios penales, fue componiendo su Cancionero y romancero de ausencias (publicado póstumamente en 1958), muriendo de tuberculosis en el penal de Alicante, en 1942.




TODO ERA AZUL

Todo era azul delante de aquellos ojos y era
verde hasta lo entrañable, dorado hasta muy lejos.
Porque el color hallaba su encarnación primera
dentro de aquellos ojos de frágiles reflejos.

Ojos nacientes: luces en una doble esfera.
Todo radiaba en torno como un solar de espejos.
Vivificar las cosas para la primavera
poder fue de unos ojos que nunca han sido viejos.

Se los devoran. ¿Sabes? No soy feliz. No hay goce
como sentir aquella mirada inundadora.
Cuando se me alejaba, me despedí del día.

La claridad brotaba de su directo roce,
pero los devoraron. Y están brotando ahora
penumbras como el pardo rubor de la agonía.



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